lunes, 30 de septiembre de 2019

CAROLINA JONES (CHISHOLM)



Caroline Jones, más conocida por su nombre de casada, Caroline Chisholm, nació el 30 de mayo de 1808 en Northampton, Inglaterra, falleciendo en 1877 en Londres, después de una vida dedicada por completo a los demás, y sobre todo a las niñas y mujeres más desfavorecidas. Este inmenso trabajo humanitario le fue reconocido en su país, y además en la Iglesia de Inglaterra, Caroline se encuentra en el Santoral Laico, donde todos los 16 de Mayo se recuerda a «Caroline Chisholm».
Con 22 años se casó con Archibald Chisholm, capitán del ejército destinado en la India. Al año y medio de que su marido regresara a su regimiento en Madrás, Caroline decidió embarcarse y se fue a vivir con él. Ya allí, en 1834, Caroline fundaría en el acuartelamiento una Escuela Industrial para chicas jóvenes, al ver la falta de instrucción y de posibilidades que tenían, expuestas a las continuas molestias de los soldados solteros. En la escuela, no solo se le enseñaba a leer y a escribir, sino que las materias prácticas, sobre todo la enfermería, eran las más importantes, para que las mujeres alcanzaran una autonomía laboral.
Cuatro años más tarde, le concedieron a su marido un permiso de dos años por motivos de salud, y la familia, en vez de volver a Inglaterra, se instalaron en Australia pensando que su clima sería más recomendable para él. Allí se desplegará el inmenso trabajo humanitario de Caroline.
La familia se estableció en la ciudad de Windsor, cercana a la capital, y en sus viajes a Sidney, Caroline y su esposo pronto se dieron cuenta de las difíciles condiciones que soportaban los inmigrantes que llegaban a la colonia. Pero particularmente sufrieron al ver a las mujeres jóvenes que llegaban sin dinero, amigos, familiares o trabajos a los que acudir, y muchas terminaron recurriendo a la prostitución para llegar a fin de mes. Caroline Jones acudía a cada barco de inmigrantes que llegaba al puerto de Sidney y se convirtió en una figura familiar en los muelles. Encontró familias que quisieran alojar a niñas inmigrantes y albergó a muchas de ellas en su casa.
El capitán Chisholm regresó a su regimiento en 1840, pero alentó a su esposa para que continuara con su valioso trabajo humanitario. Al principio, Caroline estableció un hogar en Sidney para mujeres jóvenes, llegando a albergar a 96 mujeres, la mayoría jovencitas y organizó otros similares en varias localidades rurales. La casa pronto se amplió para ayudar a familias completas y a hombres jóvenes.
También se preocupó de proporcionar empleo a numerosos inmigrantes, para lo cual ideó buscarle empleo en el interior de Australia. Para ello viajaba incansable sobre su caballo blanco, llamado «Capitán», visitando haciendas y explotaciones agrícolas donde consiguió los asentamientos de cientos de trabajadores. Posteriormente, en 1842, alquiló dos viviendas adosadas y las convirtió en una sola casa de campo que sirvió como albergue para inmigrantes sin techo que viajaban a la región en busca de trabajo.
Durante los siete años que Caroline estuvo en Australia, alojó a más de 11.000 personas en hogares y les facilitó un empleo, convirtiéndose en una de las mujeres más conocida y admirada. Esta labor que realizó lo hizo siempre sin aceptar dinero de individuos u organizaciones individuales, ya que quería actuar de manera independiente y no quería depender de ninguna institución religiosa o política. Las niñas y las familias a las que Caroline ayudó provenían de diferentes orígenes étnicos y sociales, y eran de diferentes creencias religiosas.
Caroline Jones, toda una santa laica.


Fuente:

«Carolina Jones», de Amalia Carvia, en El Pueblo (Valencia) de 11 de marzo de 1934. Recopilado en «Desde las Cumbres», Editorial Suroeste, El Puerto (Cádiz) 2019.

«Chisholm, Caroline (1808–1877)», de Judith Iltis, en «Australian Dictionary of Biography», Volumen 1, 1966.


miércoles, 1 de mayo de 2019

ANA C. BERNAL, LA GRAN DESCONOCIDA EN LA HISTORIA DEL FEMINISMO HISPANO.



Ana Carvia Bernal. Fuente: revista Rendención (Valencia), diciembre de 1919.


Ana Carvia Bernal (Cádiz, 12 de marzo de 1865-Valencia, 26 de noviembre de 1941), quien firmó mucho tiempo como «Ana C. Bernal» en honor a su madre, fue una maestra laica y una indiscutible pionera del feminismo y el sufragismo, reconocida internacionalmente, principalmente en Latinoamérica. Después de terminar el Bachillerato con nota de Sobresaliente y comenzar el Curso Preparatorio en la Facultad de de Medicina de Cádiz, Ana comenzó su actividad librepensadora en el Círculo «Guillén Martínez» en 1887, junto a su hermana Amalia, y con ella ingresó ese mismo año en la Logia masónica «Regeneración». Con el nombre simbólico de «Verdad», fue Secretaria adjunta en la Logia durante más de diez años, cargo que también ostentó en la única logia femenina que existió en Cádiz entre 1895 y 1898, «Las Hijas de la Regeneración», de la que su hermana Amalia fue Venerable Maestra. En 1896 conoció a Belén Sárraga y con ella marchó a Valencia para hacerse cargo de la secretaría de la Asociación General Femenina. Ya viviendo en la ciudad del Turia y ejerciendo de maestra laica junto a su amiga Ángeles Guiñón Romero, formará parte del grupo de pioneras valencianas del feminismo y el sufragismo en España, siendo fundadora y directora de la «Revista mensual feminista» Redención, que vio la luz en septiembre de 1915. Posteriormente, fue impulsora y presidenta de la Liga Española para el Progreso de la Mujer de 1918 a 1922, y elegida vicepresidenta del Consejo Supremo Feminista de España que ella misma fomentó en 1919. Ya durante la Segunda República, y una vez terminada su etapa sufragista, permaneció en el anonimato y solo de forma algo tardía ingresó y se implicó en la Agrupación Femenina Republicana de su Distrito de la Misericordia.


Basado en el libro: «¡Paso a la mujer! Biografía de Amalia Carvia», de Manuel Almisas Albéndiz. Ediciones Suroeste, El Puerto de Santa María (Cádiz), marzo de 2019.

AMALIA CARVIA BERNAL, FIGURA IMPRESCINDIBLE EN LA HISTORIA DEL FEMINISMO Y EL SUFRAGISMO EN ESPAÑA


         
       Amalia Carvia. Imagen tomada de la portada de La Conciencia Libre de 1 de Enero de 1897.

 
Amalia Carvia Bernal nació en el gaditano barrio de Hércules el 12 de mayo de 1861 y falleció en Valencia el 7 de marzo de 1949. Perteneció a una familia muy humilde de cinco miembros de la que ella era la mayor, seguida de un hermano, Manuel y la menor llamada Ana, a la que estuvo siempre muy unida. Debido a las condiciones económicas de su familia, no pudo estudiar más allá de la enseñanza primaria, por lo que todo lo que aprendió lo hizo de forma autodidacta.
A lo largo de sus 87 años de edad fue pintora, maestra laica, escritora, publicista y oradora. Toda una mujer polifacética en un mundo muy masculinizado.
Con 24 años de edad empezó a publicar sus artículos en la revista Las Dominicales del Librepensamiento de Madrid, de ideas republicanas y librepensadoras, y con un marcado acento igualitario para la mujer. Además también publicó en diversos periódicos de Cádiz, destacando El Manifiesto y El Pueblo, y militó activamente en los Círculos Librepensadores que existieron en Cádiz a finales del siglo XIX.
Después de su paso por la masonería, Amalia Carvia se convirtió en una firme defensora de los derechos de la mujer, desarrollando un trabajo militante dentro de la «Asociación General Femenina», con sede en Valencia, que la llevó a fundar una organización de mujeres en Huelva, la «Unión Femenina», en 1897, y otra en Cádiz en 1898, la Sociedad Femenina «Concepción Arenal». También comentó ella misma, y así se ha escrito, que hizo lo propio en Sevilla, aunque sin haberse podido constatar este dato.
Siguió colaborando con una infinidad de diarios y revistas, todos ellos librepensadores, feministas y/o republicanos, pero especialmente en esos años de fin de siglo fue redactora de La Conciencia Libre (Valencia) dirigido por Belén de Sárraga, otra importante feminista librepensadora. Debido a la fama de este periódico, Amalia fue requerida por sectores obreros de Huelva y Sevilla para que diera unas conferencias o charlas en aquellos años.
A mediados del año 1900, con 39 años de edad, marchó a Valencia, donde ya vivía su hermana, en cuya ciudad comenzó a trabajar en el movimiento de mujeres por la Paz. También siguió colaborando con La Conciencia Libre y estableció una escuela laica de la que será directora hasta su jubilación.
A partir de 1915 Amalia Carvia, que ya se había declarado años antes como «feminista», comenzará una nueva etapa escribiendo para la revista que había fundado su hermana Ana Carvia Bernal, Redención, y que se subtitulaba «Revista mensual feminista». Desde sus páginas ella y su hermana se pudieron al frente del feminismo organizado en España, impulsando la creación en 1918 de la «Liga Española para el Progreso de la Mujer», considerada como la primera Asociación feminista de ámbito estatal. En la primera asamblea, su hermana Ana fue elegida Presidenta y Amalia la Secretaria, cargos que ocuparan durante varios años hasta su disolución con la Dictadura de Primo de Rivera en 1923.
Desde la Liga Amalia desarrollará una importante labor luchando por vez primera por el voto integral femenino, por lo que podemos considerarla, a ella y a su hermana, como pioneras del sufragismo en nuestro país. la primera organización feminista de ámbito estatal que impulsaron las feministas valencianas encabezadas por su hermana Ana y ella. También fue vocal de la directiva del «Consejo Supremo Feminista» de España (1920) de la que su hermana fue Vicepresidenta de dicho organismo mientras existió.
Durante la Segunda República, viviendo en Valencia, fue una de las mujeres republicanas más prestigiosas e influyentes, ejerciendo de Presidenta de la Agrupación Femenina Republicana de su Distrito y destacándose como la única mujer que ingresó en la «Orden de la República» en febrero de 1934, con la insignia de «Caballero».
A través de los numerosos artículos periodísticos que escribió hasta el final de sus días, muchos de ellos de tipo literario, podemos saber que defendió profundamente las ideas republicanas, pero también las ideas pacifistas y animalistas, teniendo siempre a la mujer y la niña como protagonistas, y con el deseo de la conquistas de sus derechos civiles y políticos.



Basado en el libro: «¡Paso a la mujer! Biografía de Amalia Carvia», de Manuel Almisas Albéndiz. Ediciones Suroeste, El Puerto de Santa María (Cádiz), marzo de 2019. 
 
 
Enlace a la descripción de la Ruta en la web de «Lumbre Historia»:

viernes, 11 de mayo de 2018

Madame Legros, la mujer que derribó la Bastilla


Fuente: Libro de Emma Adler, «Mujeres famosas de la Revolución Francesa, 1789-1795» (1906).

MADAME LEGROS
LA HEROÍNA DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
 QUE NO SUPO QUE LO FUE


¿Quién conoce a Madame Legros? Nadie. Otra de tantas mujeres que jugaron un papel importante en un proceso revolucionario y casi nadie en la actualidad se acuerda de ella.
       Madame Legros no cogió nunca un arma o una piedra, ni estuvo detrás de una barricada, ni mucho menos acudió a una manifestación o se organizó, pero sin ella la Toma de la Bastilla, y con ello el inicio de la Revolución Francesa, no se hubiera desarrollado de la misma forma, o no hubiera tenido lugar.
      Su personalidad humanitaria y piadosa, a la vez que tenaz y voluntariosa, fue la que indirectamente hizo que los parisinos aborrecieran la tenebrosa y lúgubre Prisión de la Bastilla y la sintieran como un símbolo del Autoritarismo y el absolutismo.
      Madame Legros era una humilde propietaria de una confitería parisina que un día se encontró en la calle un paquete con hojas escritas dirigidas al presidente V. Gourgue. Debido a la humedad y al mal estado del manuscrito, las hojas se desparramaron y Madame Legros leyó el encabezamiento del mismo: «Masers de Latude, un prisionero inocente que ha sido encarcelado seis pies bajo tierra en la Bastilla, en Vincennes y ahora en Bicêtre». Ella se conmocionó con las primeras líneas que leyó y marchó precipitadamente a su tienda. Allí terminó de leer las memorias de Latude, la descripción de sus terribles sufrimientos y la injusticia de su encarcelamiento, y desde ese momento se erigió en la persona que tomaría su indulto y  liberación  como una cuestión vital. 
     La campaña de Madame Legros duró varios años, en los que fue de puerta en puerta de personajes ilustres y damas de la corte, hasta que la historia de Latude y la abominable Bastilla donde se estaba pudriendo, literalmente, fue algo conocido y maldecido por todos los habitantes de París.
     Madame Legros murió en la miseria y en soledad, sin conocer la liberación final de Latude gracias a su perseverante esfuerzo humanitario. Y mucho menos vivió para ver la revolución Francesa de 1789 que comenzó con la Toma de la Bastilla, de lo cual se hubiera alegrado.
      Sin embargo, todos los estudiosos están de acuerdo en atribuirle ese histórico merito. El escritor y revolucionario francés Jules Michelet publicó una obra titulada «Mujeres de la Revolución» donde destaca la valentía de Madame Legros, y de otras muchas mujeres. Esta obra se ha publicado en castellano en el año 2013 por la editorial Trifaldi, por si están interesadas. Merece la pena....


















viernes, 20 de abril de 2018

Hermila Galindo, una feminista revolucionaria


HERMILA GALINDO ACOSTA (1886-1954)
Otra olvidada de la Historia

Hermila, huérfana de madre al nacer, fue criada por su tía, que la educó alejada de los cánones femeninos de la época.  Estudió en la Escuela Industrial para Señoritas de Chichahua y pronto adquirió fama como excelente taquigrafista, rifándosela importantes bufetes de abogados. Se trasladó a Ciudad de México trabajando como secretaria e impartiendo clases de taquigrafía. En 1914 llegó a la ciudad el jefe del Ejército Constitucionalista Venustiano Carranza y ella pronunció un discurso de bienvenida en nombre del Club Abraham al que pertenecía, lo que le ganó las simpatías del futuro presidente, nombrándola su secretaria particular.
       Al mismo tiempo, fue una feminista muy activa, conferenciante y fundadora del semanario «La Mujer Moderna» (1915-1919). 
      Sufragista ardiente y escritora, también fue partidaria de la educación sexual para las niñas y criticó duramente la doble moral en material sexual. En 1916 participó activamente en el I y II Congreso Feminista de Yucatán donde se leyeron sendas ponencias. No pudo asistir por estar en Estados Unidos y Cuba, como diplomática del partido constitucionalista mexicano.
       Después del asesinato de Carranza en mayo de 1920, Hermila cayó en el olvido. No será hasta 1940 cuando el gobierno le concederá la Condecoración al mérito revolucionario.
      Falleció en agosto de 1954, casi un año después del reconocimiento del sufragio femenino en México, gran objetivo al que dedicó toda su vida, junta a la defensa a ultranza de la Revolución mexicana.






miércoles, 4 de abril de 2018

Gertrudis Ríos Marín, maestra fusilada en La Línea en agosto del 36

Gertrudis y a su derecha su hijo José Manuel. La Línea, 1935.
Fuente: Familia Iglesia Medina.

GERTRUDIS RÍOS MARÍN (ALGODONALES, 1901-LA LÍNEA-1936)

¡LOS FASCISTAS ASESINARON A OTRA ALONDRA REPUBLICANA!

 El 15 de agosto de 1936, los militares sublevados contra la Segunda República fusilaron en La Línea a la maestra Gertrudis y a su marido Ramón Iglesia, administrador de Correos de la población. Le aplicaron el «bando de guerra» y sus restos siguen desaparecidos. Dejaron huérfano a su único hijo José Manuel. Otro crimen impune...

     El 11 de octubre de 1936, aparecía en El Popular de Málaga una noticia  dentro del apartado de «Instrucción Pública» titulado «Otro héroe de la F.E.T.E. ha caído en La Línea». Decía así:

«Otro crimen del fascismo. Entre los elementos fusilados en La Línea (Cádiz), por el solo hecho de figurar en los ficheros de algún partido de izquierdas, está nuestra compañera Gertrudis de los Ríos, que regentaba en aquella población una escuela de párvulos y que hasta fin de año desempeñó el cargo de tesorera de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE). También han fusilado a su esposo Ramón Iglesia, administrador de Correos de dicha población.
    Gertrudis de los Ríos era una buena maestra. Vivía para la escuela y para la familia. Con verdadera vocación sentía la enseñanza, por la que tuvo sus mejores preocupaciones. Su escuela era muy visitada y querida por las autoridades y por los Maestros. Confortaba aquel espíritu, que había nacido para ser Maestra de párvulos.
    Recordaremos siempre a la querida compañera Gertrudis y prometemos hacer justicia ante crímenes como el cometido con esta compañera
».

    Y un mes más tarde, en el diario de Ciudad Real El Pueblo Manchego de 17 de noviembre, se publicaba una noticia que decía: 

                                             «Salvajadas fascistas»
                  «Un evadido de La Línea nos cuenta los horrorosos métodos
                          que imponen los fascistas en donde dominan»

    Se explicaba que en la Redacción se había presentado «un joven pálido, delgado, con las señales del sufrimiento en el rostro» y que deseaba narrar las vicisitudes que ha atravesado los dos últimos meses en territorio faccioso. En la redacción habían averiguado sobre su identidad por si se tratara de un aventurero y afirmaban que quien les hablaba era un joven paisano llamado «E.V. de Ciudad Real y aquí tiene familia que vive en la calle C.» (no se quería dar datos más concretos para evitar represalias futuras) y que salió hace unos años para buscarse la vida como viajante de comercio. El 18 de julio estaba en La Línea y allí vivió la sublevación fascista.
    Estuvo preso dos meses en el Cuartel de Falange de La Línea, al cabo del cual lo soltaron, huyendo a Gibraltar en compañía de otro camarada turco que también estuvo detenido.
    «Nos relata las atrocidades cometidas por moros, falangistas y requetés con las muchachas jóvenes y esposas de hombres de izquierda, a las cuales las pasean por la vía pública en paños menores, las pelan completamente y le dan unos fuertes purgantes, haciéndolas sufrir horriblemente. A una de ellas, esposa del administrador de Correos, la fusilaron después de someterla a horribles tormentos por no querer confesarse».

 
Todos los Nombres han tenido la amabilidad de publicar el siguiente artículo escrito por  un nieto de Gertrudis, José Ramón Iglesia Medina, y por Manuel Almisas Albéndiz.









miércoles, 21 de marzo de 2018

Antonia Mercé, otra rocambolesca historia del 18 de julio

Portada de «Mundo Gráfico» del 12 de mayo de 1915
-¿UNA ESPÍA DEL SERVICIO BRITÁNICO?-
ANTONIA MERCÉ LUQUE, «LA ARGENTINA»
(Buenos Aires, 1890-Bayona, 18 de julio de 1936)

La muerte en Bayona (Francia) el 18 de julio de 1936 de Antonia Mercé, La Argentina, a pesar del inicio de la guerra, fue recogida en todos los periódicos republicanos. En un primer momento solo se resaltaba la gran figura que perdía el mundo del arte y la danza españolas, y solo mucho más tarde se asoció su muerte a que el infarto o similar se lo produjera la noticia de la sublevación de las tropas franquistas, pues tuvo lugar pocos momentos después de dicha comunicación. Se la ha llamado de forma rimbombante, como «la primera víctima del 18 de julio».
    En El Popular de Málaga apareció el 11 de agosto de 1936:


   «Todos los flamencos del mundo, todos los artistas, todas las personas de sensibilidad lloramos la muerte de Antonia Mercé...», destacando dentro de su innovador repertorio de danza su versión del «Amor Brujo» de Falla, el «Córdoba» de Albéniz y la Danza quinta del maestro Granados. 
      «La Argentina», así llamada porque había nacido en Buenos Aires en una gira de sus padres (coreógrafo y bailaora), fue la primera artista que recibió un reconocimiento de la República de manos de su presidente Azaña, el Lazo de Isabel la Católica, y en Francia recibió la orden de la Legión de Honor. Poco conocida pero artista excepcional que falleció repentinamente a las edad de 46 años...
    Pero lo novedoso de toda esta historia es la información encontrada en El Pueblo de Valencia de marzo de 1938:


     Recogiendo informaciones del periódico La Noche, se denunciaba que Antonia Mercé, por ser la única persona conocedora de los planes de Sanjurjo para volar de Lisboa a España el 19 de julio y ponerse al frente de la sublevación fascista, podría haber sido envenenada como represalia por los facciosos. Hay algunos datos confusos y contradictorios en la noticia, pero ahí lo dejo... Solo decir que me recuerda a las noticias sobre la actriz Rosita Díaz, la Sonrisa de la República, que ya se publicó en una entrada anterior del blog.


ANTONIA FERNÁNDEZ SERVÁN, ANTIFASCISTA, COMUNISTA Y PRIMERA TENIENTE DE ALCALDE DE LA CÓRDOBA (1936)

  Imagen : A la izquierda, primera plana de La Voz (diario republicano de C órdoba) del 25 de marzo de 1936: «Constitución del Ayuntamiento...