viernes, 11 de mayo de 2018

Madame Legros, la mujer que derribó la Bastilla


Fuente: Libro de Emma Adler, «Mujeres famosas de la Revolución Francesa, 1789-1795» (1906).

MADAME LEGROS
LA HEROÍNA DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
 QUE NO SUPO QUE LO FUE


¿Quién conoce a Madame Legros? Nadie. Otra de tantas mujeres que jugaron un papel importante en un proceso revolucionario y casi nadie en la actualidad se acuerda de ella.
       Madame Legros no cogió nunca un arma o una piedra, ni estuvo detrás de una barricada, ni mucho menos acudió a una manifestación o se organizó, pero sin ella la Toma de la Bastilla, y con ello el inicio de la Revolución Francesa, no se hubiera desarrollado de la misma forma, o no hubiera tenido lugar.
      Su personalidad humanitaria y piadosa, a la vez que tenaz y voluntariosa, fue la que indirectamente hizo que los parisinos aborrecieran la tenebrosa y lúgubre Prisión de la Bastilla y la sintieran como un símbolo del Autoritarismo y el absolutismo.
      Madame Legros era una humilde propietaria de una confitería parisina que un día se encontró en la calle un paquete con hojas escritas dirigidas al presidente V. Gourgue. Debido a la humedad y al mal estado del manuscrito, las hojas se desparramaron y Madame Legros leyó el encabezamiento del mismo: «Masers de Latude, un prisionero inocente que ha sido encarcelado seis pies bajo tierra en la Bastilla, en Vincennes y ahora en Bicêtre». Ella se conmocionó con las primeras líneas que leyó y marchó precipitadamente a su tienda. Allí terminó de leer las memorias de Latude, la descripción de sus terribles sufrimientos y la injusticia de su encarcelamiento, y desde ese momento se erigió en la persona que tomaría su indulto y  liberación  como una cuestión vital. 
     La campaña de Madame Legros duró varios años, en los que fue de puerta en puerta de personajes ilustres y damas de la corte, hasta que la historia de Latude y la abominable Bastilla donde se estaba pudriendo, literalmente, fue algo conocido y maldecido por todos los habitantes de París.
     Madame Legros murió en la miseria y en soledad, sin conocer la liberación final de Latude gracias a su perseverante esfuerzo humanitario. Y mucho menos vivió para ver la revolución Francesa de 1789 que comenzó con la Toma de la Bastilla, de lo cual se hubiera alegrado.
      Sin embargo, todos los estudiosos están de acuerdo en atribuirle ese histórico merito. El escritor y revolucionario francés Jules Michelet publicó una obra titulada «Mujeres de la Revolución» donde destaca la valentía de Madame Legros, y de otras muchas mujeres. Esta obra se ha publicado en castellano en el año 2013 por la editorial Trifaldi, por si están interesadas. Merece la pena....


















viernes, 20 de abril de 2018

Hermila Galindo, una feminista revolucionaria


HERMILA GALINDO ACOSTA (1886-1954)
Otra olvidada de la Historia

Hermila, huérfana de madre al nacer, fue criada por su tía, que la educó alejada de los cánones femeninos de la época.  Estudió en la Escuela Industrial para Señoritas de Chichahua y pronto adquirió fama como excelente taquigrafista, rifándosela importantes bufetes de abogados. Se trasladó a Ciudad de México trabajando como secretaria e impartiendo clases de taquigrafía. En 1914 llegó a la ciudad el jefe del Ejército Constitucionalista Venustiano Carranza y ella pronunció un discurso de bienvenida en nombre del Club Abraham al que pertenecía, lo que le ganó las simpatías del futuro presidente, nombrándola su secretaria particular.
       Al mismo tiempo, fue una feminista muy activa, conferenciante y fundadora del semanario «La Mujer Moderna» (1915-1919). 
      Sufragista ardiente y escritora, también fue partidaria de la educación sexual para las niñas y criticó duramente la doble moral en material sexual. En 1916 participó activamente en el I y II Congreso Feminista de Yucatán donde se leyeron sendas ponencias. No pudo asistir por estar en Estados Unidos y Cuba, como diplomática del partido constitucionalista mexicano.
       Después del asesinato de Carranza en mayo de 1920, Hermila cayó en el olvido. No será hasta 1940 cuando el gobierno le concederá la Condecoración al mérito revolucionario.
      Falleció en agosto de 1954, casi un año después del reconocimiento del sufragio femenino en México, gran objetivo al que dedicó toda su vida, junta a la defensa a ultranza de la Revolución mexicana.






miércoles, 4 de abril de 2018

Gertrudis Ríos Marín, maestra fusilada en La Línea en agosto del 36

Gertrudis y a su derecha su hijo José Manuel. La Línea, 1935.
Fuente: Familia Iglesia Medina.

GERTRUDIS RÍOS MARÍN (ALGODONALES, 1901-LA LÍNEA-1936)

¡LOS FASCISTAS ASESINARON A OTRA ALONDRA REPUBLICANA!

 El 15 de agosto de 1936, los militares sublevados contra la Segunda República fusilaron en La Línea a la maestra Gertrudis y a su marido Ramón Iglesia, administrador de Correos de la población. Le aplicaron el «bando de guerra» y sus restos siguen desaparecidos. Dejaron huérfano a su único hijo José Manuel. Otro crimen impune...

     El 11 de octubre de 1936, aparecía en El Popular de Málaga una noticia  dentro del apartado de «Instrucción Pública» titulado «Otro héroe de la F.E.T.E. ha caído en La Línea». Decía así:

«Otro crimen del fascismo. Entre los elementos fusilados en La Línea (Cádiz), por el solo hecho de figurar en los ficheros de algún partido de izquierdas, está nuestra compañera Gertrudis de los Ríos, que regentaba en aquella población una escuela de párvulos y que hasta fin de año desempeñó el cargo de tesorera de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE). También han fusilado a su esposo Ramón Iglesia, administrador de Correos de dicha población.
    Gertrudis de los Ríos era una buena maestra. Vivía para la escuela y para la familia. Con verdadera vocación sentía la enseñanza, por la que tuvo sus mejores preocupaciones. Su escuela era muy visitada y querida por las autoridades y por los Maestros. Confortaba aquel espíritu, que había nacido para ser Maestra de párvulos.
    Recordaremos siempre a la querida compañera Gertrudis y prometemos hacer justicia ante crímenes como el cometido con esta compañera
».

    Y un mes más tarde, en el diario de Ciudad Real El Pueblo Manchego de 17 de noviembre, se publicaba una noticia que decía: 

                                             «Salvajadas fascistas»
                  «Un evadido de La Línea nos cuenta los horrorosos métodos
                          que imponen los fascistas en donde dominan»

    Se explicaba que en la Redacción se había presentado «un joven pálido, delgado, con las señales del sufrimiento en el rostro» y que deseaba narrar las vicisitudes que ha atravesado los dos últimos meses en territorio faccioso. En la redacción habían averiguado sobre su identidad por si se tratara de un aventurero y afirmaban que quien les hablaba era un joven paisano llamado «E.V. de Ciudad Real y aquí tiene familia que vive en la calle C.» (no se quería dar datos más concretos para evitar represalias futuras) y que salió hace unos años para buscarse la vida como viajante de comercio. El 18 de julio estaba en La Línea y allí vivió la sublevación fascista.
    Estuvo preso dos meses en el Cuartel de Falange de La Línea, al cabo del cual lo soltaron, huyendo a Gibraltar en compañía de otro camarada turco que también estuvo detenido.
    «Nos relata las atrocidades cometidas por moros, falangistas y requetés con las muchachas jóvenes y esposas de hombres de izquierda, a las cuales las pasean por la vía pública en paños menores, las pelan completamente y le dan unos fuertes purgantes, haciéndolas sufrir horriblemente. A una de ellas, esposa del administrador de Correos, la fusilaron después de someterla a horribles tormentos por no querer confesarse».

 
Todos los Nombres han tenido la amabilidad de publicar el siguiente artículo escrito por  un nieto de Gertrudis, José Ramón Iglesia Medina, y por Manuel Almisas Albéndiz.









miércoles, 21 de marzo de 2018

Antonia Mercé, otra rocambolesca historia del 18 de julio

Portada de «Mundo Gráfico» del 12 de mayo de 1915
-¿UNA ESPÍA DEL SERVICIO BRITÁNICO?-
ANTONIA MERCÉ LUQUE, «LA ARGENTINA»
(Buenos Aires, 1890-Bayona, 18 de julio de 1936)

La muerte en Bayona (Francia) el 18 de julio de 1936 de Antonia Mercé, La Argentina, a pesar del inicio de la guerra, fue recogida en todos los periódicos republicanos. En un primer momento solo se resaltaba la gran figura que perdía el mundo del arte y la danza españolas, y solo mucho más tarde se asoció su muerte a que el infarto o similar se lo produjera la noticia de la sublevación de las tropas franquistas, pues tuvo lugar pocos momentos después de dicha comunicación. Se la ha llamado de forma rimbombante, como «la primera víctima del 18 de julio».
    En El Popular de Málaga apareció el 11 de agosto de 1936:


   «Todos los flamencos del mundo, todos los artistas, todas las personas de sensibilidad lloramos la muerte de Antonia Mercé...», destacando dentro de su innovador repertorio de danza su versión del «Amor Brujo» de Falla, el «Córdoba» de Albéniz y la Danza quinta del maestro Granados. 
      «La Argentina», así llamada porque había nacido en Buenos Aires en una gira de sus padres (coreógrafo y bailaora), fue la primera artista que recibió un reconocimiento de la República de manos de su presidente Azaña, el Lazo de Isabel la Católica, y en Francia recibió la orden de la Legión de Honor. Poco conocida pero artista excepcional que falleció repentinamente a las edad de 46 años...
    Pero lo novedoso de toda esta historia es la información encontrada en El Pueblo de Valencia de marzo de 1938:


     Recogiendo informaciones del periódico La Noche, se denunciaba que Antonia Mercé, por ser la única persona conocedora de los planes de Sanjurjo para volar de Lisboa a España el 19 de julio y ponerse al frente de la sublevación fascista, podría haber sido envenenada como represalia por los facciosos. Hay algunos datos confusos y contradictorios en la noticia, pero ahí lo dejo... Solo decir que me recuerda a las noticias sobre la actriz Rosita Díaz, la Sonrisa de la República, que ya se publicó en una entrada anterior del blog.


domingo, 18 de marzo de 2018

Zinadia, la joven ejecutora de un general sanguinario

Zinadia, 1905. Fuente:http://www.vinogradovo.com/people/konoplyannikova/

ZINADIA KONNOPLYANIKOVA


El 29 de agosto de 1906 Zinadia colgaba de la horca situada en el Fuerte Schlisserburg, cerca de San Petersburgo. 
    Su proceso había durado apenas tres semanas. En los primeros días del mes de agosto acudió a la estación de Peterhold, ciudad donde el Zar se había refugiado con la familia, y en el andén vació su revolver en el cuerpo del General Georgiy A. Minn.
   En las insurrecciones del invierno de 1905, durante la Revolución Rusa, el Regimiento Semenovsky del entonces Coronel Minn se destacó por sus crueldades, bombardeando los barrios obreros de Moscú donde murieron más de 1.000 personas. Pero también fue el encargado de una expedición de castigo a lo largo de la línea férrea Moscú-Kazań, y esto es lo que contaba P. Kropotkin en la revista «Mother Earth» de Julio de 1906:


La represión que siguió a la rebelión fue terrible. La prensa británica no ha contado más que la décima parte de las atrocidades cometidas por las tropas imperiales en las provincias bálticas, a lo largo de la línea ferroviaria que va de Moscú a Kazan, en el Cáucaso, en Siberia, en los poblados rusos... La represión fue un episodio de masacres al por mayor, llevadas a efecto de manera sistemática por las tropas, a sangre fría.
       Al destacamento militar que fue enviado a lo largo de la línea de Moscú-Kazan no se le disparó un solo tiro. Los revolucionarios ya habían abandonado sus filas y se habían dispersado cuando el regimiento llegó. Pero en cada estación, el Coronel Minn, jefe del destacamento, así como sus oficiales, fusilaron entre diez y treinta hombres, tomando sus nombres sencillamente de listas entregadas a las tropas por la policía secreta. Fueron fusilados sin siquiera un amague de juicio, sin una adecuada identificación. Los fusilaron por lotes, sin ninguna advertencia. Les disparaban de cualquier modo, por la espalda, en sus caderas. El Coronel Minn les disparaba sencillamente con su revólver.

      En el semanario de las mujeres librepensadoras de La Conciencia Libre (Málaga) del 29 de septiembre de 1906 salió una noticia con el título de «El fin de una revolucionaria» y explicaban que Zinadia había sido institutriz y poseía unos conocimientos nada vulgares, presentándose voluntaria para ejecutar al general sanguinario. Cuando conoció su sentencia a morir en la horca, les dijo a sus verdugos que estaba próximo el día del triunfo de la libertad y la derrota de la autocracia. 
    En la noticia se destacaba que la guardia zarista no dejó que su hermana le diera una rosa roja que llevaba en su pecho como muestra de su cariño y para que muriera con dicha flor. 
  También destacaban que Zinadia no quiso la asistencia de ningún sacerdote, manifestándose orgullosa de morir por la revolución.  
    «Muero con un pensamiento: ¡perdóname, perdóname pueblo mío! Pues tengo tan poco que darte, solo esto, mi vida! Muero llena de fe en lo porvenir...cuando el trono se desmorone y sobre la tierra de Rusia surja un amplio y brillante sol de libertad».
    Ya en el lugar del suplicio, sus últimas palabras fueron.
«¡Viva la revolución social»






sábado, 10 de marzo de 2018

Hilaria Sánchez, la «primera» miliciana


HILARIA SÁNCHEZ

Desgraciadamente no sabemos nada de la vida de Hilaria, pero pasará a la historia como la primera miliciana que con nombre y apellido salió en los medios de comunicación tras la sublevación fascista del 18 de julio de 1936. Además, no se trata de una simple miliciana, sino que es descrita como «jefe» del grupo de milicianos libertarios de La Prosperidad que se encontraban en el frente de Somosierra desde el primer día que la población salió a defender a la República. Es muy probable que fuera madrileña...¡Te saludamos y te guardaremos en la memoria, Hilaria!


Ver en el siguiente enlace el artículo de Kaos en la Red, «La Primera Miliciana»:
http://kaosenlared.net/la-primera-miliciana/

viernes, 9 de marzo de 2018

Natalia Utray Sardá-«Nuestra Natacha»



NATALIA UTRAY SARDÁ (1916-1994)

Como el propio Alejandro Casona reconoció posteriormente (1938), el personaje de Natalia Valdés, protagonista principal e indiscutible de su comedia «Nuestra Natacha» (Barcelona, 1935) estaba basado en el de una estudiante con la que trabajó en las Misiones Pedagógicas y en el Teatro Popular durante la Segunda República. Se llamaba Natalia, Natacha Utray Sardá. 
       Natalia Utray era hija de Mercedes Sardá, profesora de la Escuela Superior de Magisterio y nieta del veterano republicano y pedagogo Agustín Sardá, vinculados ambos a la Institución Libre de Enseñanza. Acabaría licenciándose en Historia y después de la sublevación fascista del 18 de julio dejó las actividades culturales y solidarias y se entregó por completo a la ayuda humanitaria en el bando republicano. Primero en el cuerpo de enfermeras y posteriormente, cuando se evacuó Madrid, se marchó a Valencia y se puso al frente de una guardería para huérfanos de la guerra. 
       Indiscutiblemente, era un reflejo muy fiel del personaje que inspiró. Natalia Utray hizo en la vida lo que Natacha recomendaba en un pasaje de la obra:
«Vaya a buscar a los pobres, a los enfermos, a los trabajadores que se mueren de tristeza en las eras de Castilla. Y repártase entre ellos generosamente. Lléveles esa alegría, enséñeles a reír, a cantar contra el viento y contra el sol...».

Para leer el artículo sobre la obra «Nuestra Natacha» en Málaga durante el corto periodo republicano, ahí va el enlace al siguiente trabajo:
https://laandalucia.org/nuestra-natacha/

ANTONIA FERNÁNDEZ SERVÁN, ANTIFASCISTA, COMUNISTA Y PRIMERA TENIENTE DE ALCALDE DE LA CÓRDOBA (1936)

  Imagen : A la izquierda, primera plana de La Voz (diario republicano de C órdoba) del 25 de marzo de 1936: «Constitución del Ayuntamiento...