Milagros Rendón Martell (1907-1936), comunista de Cádiz fusilada por los fascistas

Milagros y su hija Natuchy, 1936, días antes de su fusilamiento. Fuente: Familia Romero Rendón, tomada de «Daniel Ortega Martínez. Cartas desde la cárcel (139-1941)», Manuel Almisas Albéndiz (editor). El Boletín Ediciones, 2017.

MILAGROS RENDÓN MARTELL, «LALO» (1907-1936)

    «Milagros Rendón Martell fue detenida la mañana del 19 de julio de 1936 en el interior del edificio del Gobierno civil (actual Diputación provincial), donde había participado en la resistencia al golpe (la única mujer que lo hizo, que se tenga constancia), y encarcelada en la Cárcel Real. Desde allí escribió el 27 de julio a su hermana para tenerla al tanto de lo que había pasado en Cádiz.   

    Milagros no sabía que Luisa ya estaba detenida en ese momento en la cárcel de partido de El Puerto a merced del comandante Luis Martos Peña. Esa carta fue intervenida en El Puerto por los militares y pasó a formar de su sumario como una prueba acusatoria»  (del libro ya dicho «Daniel Ortega Martínez. Cartas...».

  
    El 30 de agosto de 1936, Milagros fue fusilada en los fosos de Puerta Tierra de Cádiz. Previamente se negó a confesar y comulgar ni besar crucifijo alguno. Su entereza fue ejemplar...

  Milagros perteneció a una familia de comunistas casi exterminada por el fascismo. Su padre, Francisco Rendón San Francisco, destacado comunista de Cádiz, relojero en la calle Pelotas, también fue detenido tras el golpe y fusilado el 9 de agosto de 1936. Su hermana Luisa Rendón detenida en El Puerto de Santa María y presa hasta 1943. Su marido Pepe Rubio preso unas semanas. Su cuñado, Daniel Ortega Martínez, esposo de Luisa, diputado por el PCE y comandante del 5º Regimiento, fusilado en Cádiz en agosto de 1941 en el castillo de San Sebastián. Su hija Natividad Rubio Rendón acabaría falleciendo siendo muy niña.

    Este extracto de la carta que mandó a su hermana desde la cárcel es digna de recordarse:

«Queridísima hermana:

      Ya te supongo enterada de todo, de nuestra detención, del saqueo, por moros el primero y fascistas el siguiente, de la platería de nuestro pobre viejito, que es un valiente de marca mayor, con decirte que cuando llegó aquí, a la cárcel, se lleno la boca de agua con un botijo que hay abajo y se la echó en la cara al teniente y se armó la de dios. ¡Viva mi viejo! ¡Muera el fascismo asesino! Cádiz, según me dicen las que entran presas, es una ruina, al estilo de Asturias, casas en ruina, saqueos, robo, encarcelamientos en masa; los relojes de papá los vendían los moros a tres pesetas y yo los veo desde estas ventanas con los anillos del pobre viejo.

    Luisa, guardaos vosotros mucho y si vieras algo venir iros enfrente, lo de más valor quítalo de tu casa. Mi niña y Pepe están viviendo en casa de Felisa, cuya madre se está portando como si fuese mía. No dejan ni un día de venir y me pasan por la acera de enfrente a mi pobre hijita, a la cual no me permiten ver...

     Escríbeme Luisilla, papaíto está bien en lo que cabe, lo tenemos vivo y eso es lo único para nosotras, lo demás, aunque es necesario, ya se buscará, somos jóvenes.

    Salud hermanilla, besitos a mis niños y a todos recuerdos, y tu recibe muchos besos y el cariño de tu hermanilla,

Milagros

Cárcel de Cádiz, 27-7-1936».

 Para conocer más:
«Luisa Rendón Martell (1909-1981). Movimiento obrero y represión franquista en El Puerto de Santa María», de varios autores. Editorial El Boletín, 2016.